SEGUNDA PARTE
1.La envidia
Todas las hermanas estaban sentadas cosiendo menos Adela que se había quedado en su cuarto. Poncia se extrañó y apuntó que le pasaba algo, a lo que las hermanas respondieron que le pasaba lo mismo que a todas, que no eran felices porque no podían salir de casa. A Angustias no le gustó pues ella era la única que tenía novio.
Debido al calor, esa noche Poncia comentó que se levantó a beber y sintió a Pepe todavía por la casa. Cosa que extrañó mucho puesto que Angustias había comentado que Pepe se retiró sobre la una y media y cuando Poncia salió eran cerca de las cuatro. Esto les quedó intrigadas, pues estaría hablando con alguna de ellas.
2.Cosas de novios
Poncia quiso saber cosas entre Pepe y Angustias de cuando se conocieron. Mucha vergüenza, dijo ella, era la primera vez que estaba con un hombre. Poncia rompió el hielo contando lo que su novio,ahora marido , hacía al acercarse a su ventana. Las muchachas se reían de sus ocurrencias. Llamaron a Adela para que se uniera al grupo pero Poncia seguía insistiendo en que le pasaba algo. Angustias decía que lo que tenía era envidia de ella porque se iba a casar con Pepe.
3.El secreto de Adela
Adela entró en la sala donde cosían sus hermanas y enseguida la preguntaron que qué era lo que le pasaba. Pero a Adela no le hizo gracia, y se notaba que entre ella y Martirio la cosa estaba tirante. Le confesó a Poncia que Martirio la seguía, que observaba si dormía o no dormía y eso no le gustaba. Poncia le confesó lo que intuía, que ella se veía con Pepe a lo que Adela no supo qué responder.
Le hizo una proposición, que dejara en paz a Angustias y que se casara con Pepe. Como ésta enfermaría-dijo, no resistirá un parto y luego tú te quedas con Pepe. Adela no aceptó y les dijo que seguiría haciendo lo que quisiera.
4.Los segadores
Adela se sintió triste cuando se anunciaba la llegada de los segadores para las labores del campo porque tenía la nostalgia de no poder salir de la casa. Poncia les explicó que las mujeres no se debían acercar a los hombres. Pues los hombres, como hombres-decía, necesitan de las mujeres y nosotras no somos dueñas de nuestro cuerpo. Eso algunas no lo entendían.
5.El retrato de Pepe
Martirio le comentó a Amelia que oía ruidos por las noches y que venían del corral, que si ella había notado algo, le dijo que no. Angustias, toda molesta , entró preguntando quién habia cogido el retrato de Pepe que tenía debajo de la almohada. Nadie contestó. Bernarda les recriminó tantos disgustos. Poncia se encargó de encontrarlo.Estaba entre las sábanas de la cama de Martirio.
Martirio cogió el retrato para dar una broma a su hermana según dijo. Aunque a Angustias y a Adela no le convencía mucho. A pesar de todo, Angustias les dijo que les gustase o no, Pepe se iba a casar con ella.
6.La advertencia
Bernarda anunció que Angustias se debía casar cuanto antes para alejar a Pepe de la casa. Poncia lo único que acertó a decir a Bernarda era que abriera los ojos. Que si hubiese dejado a Martirio casarse con Enrique hubiera tenido un problema menos. Bernarda le recordó que sus hijas no se casaban con jornaleros y tenían que obedecerlas. Poncia se explayó y le dijo a Bernarda que no hacía bien en tener a sus hijas tan recluídas. Además le contó que Pepe había sido visto irse de la casa sobre las cuatro de madrugada. Bernarda cortó la conversación y se comprometió a averiguar la verdad.
7.El pecado
El la calle había un gran revuelo. Martirio le dijo a Adela que la había visto abrazada a Pepe a lo que ésta le suplicó que no dijera nada a nadie. Averiguaron el motivo de la algarabía pues decían que la hija de Librada había tenido un hijo y no se sabía quién era el padre. Y para esconder su vergüenza le mató y le metió debajo de unas piedras. Unos perros le sacaron y le dejaron en la puerta de su casa. Todo el pueblo pidió su castigo y la desearon la muerte. Adela se asustó y les rogó casi muerta de miedo que no lo hicieran.
TERCERA PARTE
1.Planes de boda
Estaban todas cenando en el patio con su vecina Prudencia. Durante la conversación oyeron un fuerte golpe que se suponía venía de las cuadras donde seguro los animales tendrían calor según Bernarda. Ella misma ordenó que soltasen a uno de los sementales.
Cambiaron de conversación y Prudencia quiso saber el día de la boda de Angustias y si Pepe le había regalado ya el anillo de pedida. Se lo enseñó y vio que era de perlas. Muy atrevida le dijo que las perlas eran símbolo de lágrimas. Adela al oirlo continuó diciendo que los anillos de pedida deberían de ser de diamantes. Viendo la tensión, Prudencia preguntó por los muebles. Orgullosa Bernarda comentó que se había gastado mucho dinero en ellos a lo que Prudencia le dijo que ella no pudo tener nunca muebles. Al oir las campanas, Prudencia se despidió para ir a misa prometiendo volver antes de la boda para ver el vestido.
Cuando terminaron de cenar, Adela se levantó a estirar las piernas. Algunas de sus hermanas quisieron acompañarla aunque a ella no le hizo mucha gracia. Angustias se quedó recogiendo la mesa y confesó a su madre que Martirio la odiaba. Su madre le rogó que guardaran las formas para que las vecinas no se enteraran. También le confesó a la pregunta de su madre sobre Pepe, que le veía un poco distraído. Que le decía que era cosas de hombres. Su madre le aconsejó no hacerle preguntas y así se podría ahorrar algún disgusto. En definitiva que a poco de casarse debería de estar contenta y no lo estaba. Bernarda se despidió e invitó a todas a irse a la cama. A Adela le extrañó que Angustias se fuera también a la cama, según ésta, Pepe estaba de viaje y esa noche no vendría.
3.La calma de Bernarda
Poncia se asomó al patio y vio que Bernarda no estaba aún acostada. Bernarda le comentó a Poncia que en su casa no pasaba nada. Poncia le dijo que eso pensaba ella pero que sus hijas no estaban tranquilas. Que en cualquier momento podría pasar algo. Bernarda no hizo caso y se retiraron a sus habitaciones.
Las criadas deseaban estar solas para hablar. Las dos sabían lo que estaba pasando, que Pepe se veía por las noches con Adela. A Bernarda se lo habían insinuado pero decía que Angustias se casaría con Pepe y todo se olvidaría ; ellas sabían que eso no ocurriría porque Adela no estaba dispuesta a renunciar a Pepe. Además Martirio también estaba enamorada de él y no iba a permitir que Adela se saliera con la suya. Las criadas reconocían que las muchachas llevaban mucho tiempo encerradas y era normal lo que les pasaba. De pronto se pusieron a ladrar los perros y vieron salir a Adela con unas enaguas blancas y un corpiño. Les dijo que iba a beber agua. Después todas entraron en la casa.
5.En el patio
Adela salió de nuevo y se aseguró que no la veía nadie para dirigirse al corral. Martirio estaba vigilante pero antes de que pudiera salir al corral, salió su abuela Mª Josefa. Martirio extrañada preguntó que adonde iba y ésta le contestó que se había escapado, que quería irse de esa casa porque allí no había vida, que solo se respiraba luto y silencio. Martirio la invitó a irse a la cama. Bajó otra vez al corral y vió a Adela. Muy sorprendida la llamó.
6.El enfrentamiento
Adela salió del corral toda despeinada. Martirio le rogó que dejara a ese hombre, que lo que estaba haciendo no era propio de una mujer decente y que se iba a casar pronto con Angustias. Solo quiere su dinero, me quiere a mi, le dijo con odio e impotencia. Adela con pena, se abrazó a Martirio diciéndola que sabía que ella también estaba enamorada de Pepe, pero que ella no estaba dispuesta a renunciar a él, que sería su amante sin importarle las críticas de la gente. Su hermana hizo lo imposible para impedirlo. Adela se dispuso a volver al corral pero Martirio la cortó el paso. Adela forcejeó y Martirio alzando la voz, comenzó a llamar a su madre.
7. La muerte.
Esa noche se descubrió el misterio de las citas con Pepe. A las voces de Martirio acudió la madre y vio la escena entre las hijas. Adela estaba dispuesta a dejar la casa. Acudieron todas y Bernarda no se lo pensó dos veces, entró en casa a por una escopeta y se dirigió al corral. Sonó un disparo, todas pensaron lo peor. Adela desesperada, intuyendo el desenlace, entró en la casa, y se ahorcó en su habitación. Seguro que por la pena de no volver a ver a Pepe.
Lo que no supo nunca Adela era que, su madre asustó solo a Pepe para que se marchara.
Cuando descubrieron el caso de Adela, Bernarda no consintió ni una lágrima, les exigió no llorar y que todas las vecinas se creyeran que su hermana había muerto virgen y decente.
Y así terminó la trágica historia de La Casa de Bernarda Alba. Una mujer que por privar de libertad a sus hijas y presumir de una decencia inexistente, perdió el honor y a una de ellas.
Y así terminó la trágica historia de La Casa de Bernarda Alba. Una mujer que por privar de libertad a sus hijas y presumir de una decencia inexistente, perdió el honor y a una de ellas.
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