Esta misma tarde hemos retomado la lectura del misterio del cuarto amarillo desde el capítulo ocho donde lo dejamos. catorce lectoras del primer grupo hemos disfrutado esta tarde de la lectura.
Antes, hemos leído un pequeño resumen de los siete capítulos anteriores para refrescar el argumento y ponernos al día de la historia.
El juez no quiso demorar más el interrogatorio a Matilde temiendo se pusiera peor. Solo cuatro personas asistieron: el juez Marquet, su secretario, el profesor Stangerson y el médico. Pero Robert Darzac estaba en la habitación del al lado y lo estuvo escuchando todo.
El juez le hizo muchas preguntas referentes al caso y a todas contestó. Por último declaró recordar que despertó de repente y vio a un hombre en su cuarto, que intentó estrangularla, ella cogió un revolver y la soltó. Cayó al suelo y le dio un fuerte golpe en la cabeza con una maza o algo pero recuerda que antes del golpe ella disparó. Y ya no se acordaba de nada más.
Darzac, Rouletabille y el Sr. Sainclair volvieron al pabellón para seguir investigando. El joven Darzac estaba muy nervioso. Se dirigieron al bosque donde los policías habían descubierto nuevas pruebas, huellas de zapatos, marcas de ruedas como de una bicicleta.....
Rouletabille se dió cuenta como Darzac comparaba las huellas de sus zapatos y eran idénticas, pero a Routelebille no le cuadraba que fuera él el asesino.
Rouletabille y Sainclair llegaron a la taberna llamada la Torre del Homenaje, se veía sucia. Se acercó al tabernero y le comentó que si no había ni pollo ni conejo habría que comer carne roja. El tabernero al oirlo se puso furioso lo mismo que Darzac al escuchar " la rectoría no ha perdido......." Momentos después señaló a un señor que pasaba cerca de unos cuarenta y cinco años, con bigote y una escopeta al hombro. Dijo el tabernero que era el "hombre verde", el dueño del castillo ,y ahora , guarda del señor Stangerson. Después entró una mujer de cabello blanco sucia y desaliñada, la tía Agenoux, con un gato enorme y detrás el hombre verde. El hombre verde preguntó por el animalito la noche de los hechos, pero la tía Agenoux le dijo que había estado enferma, su gato no se había movido de su lado y que ella también oyó maullidos esa noche.
El tabernero estaba como loco de un lado para otro, no sabía que habrían querido decir con que ahora habrá que comer carne roja. Pero les dijo que el criminal había sido el guarda. Roiuletabille seguía investigando.
El juez ordenó limpiar todas las paredes y comprobó que no había ninguna tranpilla secreta en el pabellón por donde escapar.
Llamó al profesor Stangerson, a Darzac, a Jacques y a los dos porteros para interrogarlos. Declararon todos juntos, y los porteros se derrumbaron al ver que les consideraban sospechosos. Pensaba que ayudaron a salir al criminal. El jefe de policía apuntó que antes de buscar al criminal habría que descubrir el móvil del crímen.
Comentaron con el Sr. Stangerson la relación de su hija con Darzac y porqué al final no quiso casarse con él. Por lo tanto igual el móvil del crimen podría ser el robo. A partir de entonces comenzaron a indagar sobre todo lo desaparecido del mueble-biblioteca que solo su hija tenía la llave. Apuntó al señor Stangerson como cómplice pues las puertas estaban totalmente cerradas y el criminal salió por la ventana. Cosa el Rouletabille negó.
Routelabille acompañó a Sainclair a la estación de Épinay y al pasar junto al castillo vieron una ventana entreabierta que era la de Matilde. Al acercarse oyeron: "¡Mi pobre Robert!". Vieron a Fred Larsan subido a un árbol por el cual veía a la señorita Stangerson y Robert Darzac hablando. Se fueron y se dieron cuenta que Larsan no se desprendía desde el día después del suceso de su bastón.
Rouletabille se dio cuenta el bastón era francés aunque se lo regalaron en Londres, según les dijo. En el bastón ponía, "Cassette, 6 bis, calle de la ópera" y Sainclair se comprometió averiguar algo cuando llegara a París. Así lo hizo y según el señor Cassette, el mismo día de los hechos alguien compró un bastón idéntico al del señor Larsan. Después de recordar la descripción del señor que compró el bastón, enseguida se pusieron en Darzac, por lo tanto el bastón que llevaba Larsan lo compró Darzac. Así pues Darzac estaba en París el día de los hechos.
13. PENSAMIENTOS DE ROUTELABILLE
Una semana después de llegar a París, le pone un telegrama a Sainclair para que acudiera pronto al castillo y que se llevara revólveres.
Al llegar le dijo que Larsan estaba convencido que Darzac era el asesino. El problema que Darzac lo negaba y los tiempos no concordaban. Entonces salió a relucir la frase, "La rectoría no ha perdido......ni el jardín su esplendor". Entonces Routelabille recordó de nuevo que el señor Stangerson y su hija estuvieron la noche anterior en una fiesta en París. Matilde leyó esta frase a Darzac de una carta que había recibido. Darzac conocía la frase pero no al criminal, y si Darzac hubiese sido, Matilde le habría reconocido esa noche. Routelabille no paraba de hablar y hablar y a partir de ese momento era mejor que se leyera sus anotaciones.
Rouletabille tiene anotado todo lo que escuchó , recorrió y vio la noche del 29 al 30 de octubre. Con pistola en mano esperó encontrarse con alguien que había entrado por la ventana ; arriba vio a un señor haciendo unas anotaciones. Estaban dispuestos descubrir al criminal y fueron a avisar al señor Satngerson y Larsan. Buscaron el lugar estratégico para atrapar al criminal que saldrá de la habitación de Matilde.
15.MÁS NOTAS DEL CUADERNO DE JOSEPH ROULETABILLE
Siguen sigilosos el plan, y cuando estaban a punto de atrapar al hombre, se escapa. Llegan a la habitación de Matilde y está allí, su padre la abraza. Se retiran de nuevo a sus cuartos y coinciden que el hombre tenía pelo largo, barba y que parecía todo postizo. De repente oyen chirriar una puerta, ven que es la del guarda , se acercan y le encuentran en camisa de dormir pero la cama no estaba deshecha.
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